La comunidad sigue esperando respuestas de Pemex.
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XALAPA
Han pasado tres meses desde el derrame de crudo ocurrido el 21 de agosto de 2024 en Papantla, Veracruz, y la situación permanece sin resolverse, informó el alcalde con licencia y próximo subsecretario de Finanzas, Éric Domínguez Vázquez.
El incidente ocurrió cuando un tubo de 16 pulgadas de un pozo petrolero se rompió, contaminando un arroyo que desemboca en el río Cazones.
A pesar de las protestas y denuncias de los habitantes, Pemex envió inicialmente solo cuatro trabajadores para limpiar los 15 kilómetros de arroyos, pozos de agua y ríos afectados. Domínguez criticó la insuficiente respuesta de la empresa:
“Es muy poca la gente que envían; la última vez eran cuatro personas limpiando un derrame grandísimo, y con las próximas lluvias esto podría agravarse aún más”, advirtió.
Ante la presión social, Pemex aumentó el personal en la localidad de Ojital, pero las acciones han sido percibidas como insuficientes.
La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) ha emitido medidas de urgente aplicación, incluyendo la limpieza del derrame y la reparación de las instalaciones dañadas, pero la comunidad sigue esperando resultados concretos.
CONSECUENCIAS DEL DERRAME
El derrame ha dejado un impacto devastador en Papantla, como la muerte de animales, daños en cultivos por el agua contaminada, impacto económico porque las familias han perdido sus pozos de agua y afectaciones a la salud.
Infraestructura petrolera deteriorada.
Domínguez señaló que estos incidentes son recurrentes debido al mal estado de los ductos y tuberías de Pemex:
“Los derrames se producen porque las instalaciones son muy viejas, y esto facilita los accidentes”, explicó.
Además, confirmó que ya se presentó una denuncia formal contra Pemex, exigiendo acciones preventivas para evitar futuros ecocidios.
La falta de una respuesta efectiva ha generado indignación en la población, que demanda a Pemex mayor compromiso y medidas contundentes para mitigar el daño ambiental y social causado por el derrame. Mientras tanto, las familias afectadas siguen esperando que se atiendan sus necesidades y que se implementen acciones preventivas para proteger su territorio y sus recursos naturales.
