Rodrigo Barranco Déctor/Veracruz.- Hace 10 años, el esposo de Verónica González Cárdenas la abandonó a su suerte con sus dos hijos. Con apenas 20 años de edad determinó que no necesitaba de nadie para sacarlos adelante y busco trabajo sin mucho éxito.
Pasó por algunos empleos informales como taquerías y tortillerías, sin embargo, ninguno le daba el dinero suficiente para pagar los estudios de los niños, sus comidas y las medicinas en caso de enfermar.
Fue entonces que su hermano, un operador de maquinaria pesada, harto de la situación, le llamó y le dijo: “ven para acá, te voy a enseñar a usar estos aparatos para que trabajes en esto”.
Una vez que aprendió, cuenta Verónica, salió en busca de empleo, pensando que su habilidad sería suficiente para ser contratada por alguna empresa constructora. La esperanza resultó ser un grave error, en todos lados le cerraron la puerta.
“Iba y me decían que no porque era un trabajo para hombres. Entonces lo que fui pidiendo es que me dieran chance de estar a prueba y ya cuando veían que si sabía me daban para el refresco”, contó.
Ahora, tras ocho años de experiencia, ella mantiene a su familia con su salario como operadora de una motoconformadora que le permite ganar un salario de cuatro mil pesos mensual.
Aunque, asegura, sus compañeros de trabajo no sólo la respetan sino también la cuidan, está expuesta a todos los peligros, igual que todos, problemas que tiene que sortear todos los días.
“Aquí pasa de todo, hay que tener respeto porque hay víboras que luego atacan, animales, insectos como las abejas. Antes, me encerraba en la cabina con el clima pero uno de los operadores se lo robó y ahora yo tengo que andar sufriendo de calor y expuesta a todo”, dijo.
Verónica es una de las trabajadoras que construirán la nueva base de la Policía Naval en la colonia Ampliación Miguel Alemán en Boca del Río.
