25 de Abril de 2024
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Sergio González Levet - Dos muchachos en Tajín

 

Toño está en la Cumbre Tajín porque es uno de los niños totonacas que asisten a la escuela de voladores. Y ya aprendió a bailar zapateando con énfasis sobre el suelo, doblando la cintura para que el dorso imite el cuerpo de los pájaros. Pero más: Toño es uno de los hijos de Papantla que ya vuelan.

Jaime llegó con su flota a Tajín y todos se mal acomodaron en una tienda de campaña, en la que han logrado dormir en el colchón del cansancio, después de tanto caminar y hacer colas para entrar al Parque Temático Takilhsukut.

Toño está con su familia. Su padre y su madre observan atentamente, con admiración y con miedo, cómo su pequeño reta a las alturas, cómo sube peldaño a peldaño por ese poste de 20 metros de… y lo ven perderse allá en la altura,  hasta casi tocar el cielo.

Jaime vino para escuchar a sus héroes, para brincotear al son de la música repetitiva, pegadiza de los grupos que han traído a estas tierras mágicas su propia magia, la del rock metálico, del progresivo, del tecno.

Toño escucha al sonajero cómo interpreta la melodía y el ritmo ancestrales, que imitan a los pájaros y repiten los sonidos de la selva. Se deja capturar por ese ruido entre suave y guerrero que lo cautiva, lo hace querer volar.

Jaime le ha entrado a todo en estos días, hasta a la comida rápida totonaca, pero sobre todo a los grandes vasos de cerveza. Desde la negrura de su atuendo y con su piel tatuada hasta lo indecible, continúa su vida sin límites, a la espera de que llegue la madurez, si sobrevive.

Toño sabe que sobrevivirá al peligro de imitar a las aves. Desde ese palo altísimo que lo descuelga hacia la tierra, apenas soportado por un mecate. tiene la certeza de que la madre naturaleza lo va a proteger siempre y no permitirá que le pase nada ni a sus 12 años y ni cuando sea grande y se convierta en un patrimonio etéreo de la humanidad.

Y sobrevivirá… porque de alguna manera es eterno, como su raza que pervive y refulge en la Cumbre Tajín, esa que sirve para que el mundo conozca de qué manera están hechos los totonacas, y hasta qué grados de divinidad puede llegar su raza.

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