25 de Abril de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Poliantea : Veracruz hoy. Precandidatitis. ¿Y las mujeres?

Rubén Pabello Rojas

Como se avizoraba, después de los comicios federales, Veracruz entro de lleno en el capítulo de la sucesión gubernamental. Sin dejar de ver otros aspectos importantes del desarrollo social, ocupa la atención de la comunidad, cómo se decantará el próximo proceso electoral para elegir al nuevo gobernador.

La especulación está en su apogeo, nutrida de gran cantidad de opiniones y análisis que tratan de establecer alguna idea de cuál será el desenlace, y cómo se resolverá lo que hoy por hoy es un crucigrama.

Conocidos políticos de acreditada tarea, se han lanzado a la palestra y proclaman su deseo de ser los abanderados de sus institutos políticos; partidos disminuidos a 8 y en la resta 2 que no alcanzaron el 3% de votación por lo que es casi seguro que desaparecerán.

Este adelanto de tiempos electorales es consecuencia de la reforma a la ley electoral local que modificó, y hasta ahora parece ser definitivamente, el próximo periodo de gobierno a dos años. Aunque faltan 17 meses para el cambio constitucional, el nerviosismo se apoderó de quienes se consideran con capacidades suficientes para gobernar al estado.

Todo esto ha despertado el ánimo de expresar ideas, críticas y juicios acerca de cómo marcha en este momento el estado de Veracruz. Los datos duros, manejados por investigadores profesionales, indican que la entidad atraviesa por circunstancias difíciles, muy difíciles. Casi todos los analistas  concluyen que existe una seria descompensación de la economía del estado cuya deuda alcanza cifras prácticamente inmanejables.

Las fuentes oficiales minimizan los montos. En esta situación de incertidumbre la ciudadanía electora se pregunta cómo será un gobierno de dos años si el estado se encuentra sin una cierta capacidad financiera. Las especulaciones no se han tardado. Principalmente de actores políticos de oposición y hasta algunos pertenecientes al sistema en el poder, que no ignoran las dificultades, lo expresan públicamente.

Los dirigentes de partidos de oposición han hecho del tema de las finanzas públicas de Veracruz, un ejercicio cotidiano de franca imputación y la advertencia de que de llegar al poder, ejercerán todas las acciones conducentes para sancionar penalmente a los responsables, cuando se esclarezca, para proceder a consignarlos ante la autoridad judicial. En igual forma se han pronunciado quienes aspiran a encabezar el próximo mandato.

Si antes había una forma más sutil de abordar el asunto, actualmente se ventila sin la menor consideración a la autoridad de gobierno, cada vez con mayor virulencia. Y es que se ha extendido a todos los niveles sociales la incapacidad del estado para hacer frente a gran parte de sus obligaciones económicas. Cada vez es más frecuente oír que no se pagan la totalidad de adeudos a acreedores de diversa índole y retrasos en los pagos en algunas dependencias oficiales. Y crece la conseja, sea o no sea cierta la especie. La fama pública va haciendo robustecer la versión y termina por admitirse como una verdad del dominio general.

Sostenido este argumento día con día y aumentado, produce un efecto destructivo que es aprovechado por personas o instituciones para señalar fallas y desviaciones en el manejo de los recursos del erario.

En estas condiciones, el relevo constitucional tomará caracteres imprevisibles. Cada vez se advierte más estrecha la capacidad económica de maniobra. Además de los compromisos presupuestales regulares, que se tienen forzosamente que atender, se suman los ineludibles gastos electorales en medio de una creciente opinión ciudadana insatisfecha  y beligerante, que conlleva a un imparable deterioro político y al resultado negativo de las cuentas finales de una gestión de gobierno. Las cosas no pintan nada bien.   

Aprovechando la ocasión, aspirantes a la gubernatura han tomado como grito de guerra la situación económica de Veracruz y la convierten en lucha política. Han proliferado veracruzanos de todas las corrientes partidistas que nutren su discurso con las fallas del poder actual.

Juan Bueno Torio, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, por lo pronto, autodestapados, enjuician duramente la gestión de Veracruz. Lo mismo hace la dirigente estatal de Morena, la exdiputada Gloria Sánchez Hernández.  Mientras Pepe Yunes pide “piso parejo”,  y de no ser así tomaría acciones en consecuencia; Héctor Yunes exige “navaja limpia”, sin “cargadas”, ofreciendo respetar el resultado de las encuestas, descalificando y negando cualquier alianza con partidos de izquierda pues, afirma, están muy divididos y debilitados.

Sorprende y llama la atención que, inexplicablemente, sean solamente varones quienes se mencionen para la mal considerada “mini gubernatura”. No se registra por ningún lado la presencia de mujeres en estas precandidaturas. La camisa de fuerza que impone la igualdad de género en las propuestas electorales parece letra muerta. No hay hasta el momento ninguna fémina aspirante con todo y que componen más de la mitad del padrón electoral.

Caso especial, de último momento es Tomás Ruiz, que con ganas renovadas levanta la mano y dice yo también la quiero. No se descarta a Gerardo Buganza, tal vez como independiente, pero se habla de que atraviesa por quebrantos de salud. Faltan los que se sientan tocados por el fenómeno “Bronco” independiente y por ahí jueguen. En fin, ya está abierta la puerta, todos quieren entrar así que, como en la ruleta: “hagan su juego señores”, pues hasta el momento no hay ninguna señora.                                                                                                                    

 

 


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