28 de Marzo de 2024
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Acertijos: Aquella Habana  

 

Gilberto Haaz Diez

De José Martí: “Hay que andarse con tiento en eso de cantar victorias diplomáticas sobre otra nación, porque el cacareo puede deshacer lo que ha logrado hacer la diplomacia”. Camelot

En el año 2009, quien esto escribe hizo un viaje a La Habana. Los Castro vivían, los dos. Aún viven. Recobro un poco de aquella memoria. Y de lo que escribí.

LOS EN CONTRA: Aquí no hay más que dos bandos, los que los aceptan y los que los critican. Los adversarios los atacan: en 1958, con una población de seis millones de personas, la isla poseía más electrodomésticos por habitante y tenía más kilómetros de vías férreas que cualquier otro país de América Latina. El peso cubano costaba lo mismo que el dólar. Hoy es 20 veces inferior (extraigo estos datos del diario El País). Existían las mismas cabezas de ganado que habitantes. Ahora la proporción es de una por cada seis cubanos. Y el número de periódicos de tirada nacional era considerable. Ahora solo hay dos: Granma y Juventud Rebelde. Otra cifra. La producción de azúcar en 1958 superó cuatro veces lo alcanzado el año pasado.

LOS DEFENSORES: Antes de 1959 la mortalidad infantil era superior a 60 por cada mil nacidos. Ahora es de 5.3. La esperanza media de vida era de 58 y hoy es de 77 en los hombres y 78 en las mujeres. La cantidad de médicos por habitante se ha multiplicado por cinco. Con 11 millones de habitantes, en Cuba hoy existen casi un millón de universitarios. Tierra de contrastes, en aquellos años el desempleo afectaba a 40 por ciento de la población y el 23.6 por ciento de los cubanos mayores eran analfabetos. La riqueza estaba tan mal distribuida que un ocho por ciento de los propietarios poseían más del 70 por ciento de las tierras. Solo un tercio de las viviendas tenían agua corriente y un 28 por ciento baño en casa. Son exitosos en deportes, medicina, literatura y música y algo más.

MUSICA CUBANA

Para hablar de la música de Cuba, hay que ponerse de pie. Son tantos y tantos los autores, los músicos y los cantantes que le han dado gloria a este país, que nadie se atrevería a nombrarlos, so pena de que se olviden algunos. Desde aquella Sonora Matancera, cuando comenzaron a exportarla, hasta hoy día, cuando poco exportan. Están sus dos shows, el del Tropicana y el cubano, Cubano en el Parisién. Obligatorio verlos, teatro de revista como en las grandes ciudades del mundo. Voy al Museo del Ron, un lugar céntrico con su Bar Havana. Voy a oír un espectáculo de canto, el de Buena Vista Social Club. Llego en mal momento, el mismo día y a la misma hora en que México juega contra Cuba en el béisbol, en el Foro Sol. Lo que para ellos es pasión y muerte, el juego beisbolero. Hay una televisión encendida y una veintena de cubanos viendo el juego. Cuando hay pelota caliente, todo mundo se va a la tele. Es su vida, uno pasa en el día por sus parques y da gusto ver como entrenan a los chamacos, niños que enfundados en su franela y gorra beisbolera se les ve el futuro de lo que serán. Como cuando entraba John Wayne a las cantinas, dije a dos cubanos que les venceríamos, a ellos, los del Patria o Muerte, venceremos. Me voltearon a ver como diciendo, qué trae éste loco.

El lugar es viejo, tiene sus ventiladores de aspas como los del Gran Hotel de México. Piso cuadriculado, losetas antiguas. Dejo el juego y paso a su patio donde será el espectáculo, uno parecido al del Museo de Arte de Orizaba, allí unas veinte mesas y un grupo de cinco viejos comienzan el show. Nos sirven la cena, las meseras espían el juego, un ojo al gato, otro al garabato. Cada rato que aparece me da el score, trae mi mojito. Comienza la música. El Infante Gustavo me dice: oye, esto es como Villa del Mar. No sale del asombro. Él, que seguro será fan de Luis Miguel.

CENTRO HISTORICO

Camino su Centro Histórico. Muy remodelado. Bien remodelado. Parece europeo, tiene restaurantes, bares, comederos, fondas, hoteles y hostales, lo que hacen ver a La Habana en otra inmensidad. Esa es la zona que forma parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad, según la Unesco. Han reestructurado lo empedrado, no hay tráfico vehicular, se prohibió su entrada en una buena parte, lo que la hace muy peatonal. Las macetas gigantes al lado reciben a los árboles con el fin de evitar que, sembrados, tiren raíces y deterioren los remodelados edificios. Por allí cerca está la Casa de México Benito Juárez. Hay cine los jueves. Un negocio de paellas valencianas y un hotel con nombre de Santander, rememoran a la españolada. Es una maravilla verlo restaurado. Supongo que han contado con fondos europeos, porque veo una universidad española que en un letrero marca su aportación. Como en uno de esos comederos y luego tomo un café y veo pasar a las mujeres cubanas, bellas entre ellas mismas.

La Revolución por todos lados, como dijera su poeta, Nicolás Guillén: “Revolución, eres una paloma que va volando de noche bajo la luna”. Por doquier eso. Sigo en el recorrido, cerca una estatua de Bolívar obsequiada por Hugo Chávez, gran benefactor de los cubanos. Hay una plazoleta muy parecida a Valladolid, en España. Casi igual que aquella, tomo allí un café para recordarla. Cerca de la calle Mercaderes, la gente camina apresurada. Hay vigilancia siempre. Aquí hay pocos delitos, los turistas caminan sin sobresaltos. Quien delinque, lo apañan, los esposan y si están fichados les meten tres años solo por sospechosos. Eso sí, ni un día más. Y nadie puede abonar por ellos porque aquí no hay influyentes. Todos son pueblo. O sea, que ellos mismos saben que tenel que poltalse bien, así me lo dijo mi guía taxista. Aquí no existe el Orfis, que no sirve para nada, y alcaldes que salen mañosos, a la jaula.

LOS DIARIOS Y LA TELE

Si la prensa y la televisión mueven al mundo, aquí no hay de eso. No hay diarios en Cuba, ninguno, no llega ninguno de ningún lugar del extranjero, aquí solo se lee el Granma, un diario de unas cuantas páginas, pinchón, la lectura diaria de los cubanos, y otro llamado Juventud no sé qué. Tiene uno que ir al Internet y persignarse porque la señal es defectuosa y dificultosa, se tarda en abrir las páginas. Los hoteles ya tienen apertura televisiva. El Meliá cuenta con algunos canales: CNN en español, ESPN, los locales, de películas, un musical de MTV, Disney y Discovery Chanel para los turistas en los hoteles. Canal mexicano, ninguno. Los cubanos en apertura reciente, ya pueden ingresar a los hoteles, lo que antes se les tenía prohibido.

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