18 de Mayo de 2024
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Myley Cirus tenía razón

 

 

Andrés Salomón González

“… Los mexicanos son lo peor que le ha pasado a este país (EEUU)…” esta simple frase que profirió la cantante nacida bajo el nombre de Destiny Hope Cyrus y oriunda de Nashville, Tenessee (“Río tortuoso” según su etimología) facultada por sus 21 años de inexperiencia e inmadurez, tiene más de verdad que de ofensa, sacándola de su contexto original y los improperios que lanza al pueblo del sol azteca, podemos decir con certeza que los mexicanos son lo peor que le pudo pasar a Estados Unidos.

Durante la gresca independentista de nuestro país que puso fin a la empresa española de la santa compañía, de convertir al territorio mexicano en una colonia ibérica más, entre el 23 de febrero y el 6 de marzo de 1836 se desarrolló la Batalla del Álamo en un intento norteamericano por apropiarse del territorio texano, cuyo resultado fue la aplastante victoria del ejercito de Santa Anna y la primer prueba que México puede pelear varios frentes.

Entre 1846 y 1848 tuvo lugar la primera intervención estadounidense por el puro capricho expansionista de la república del norte, en medio de este conflicto, el 22 de marzo de 1847, una escuadra naval y terrestre al mando del general Winfield Scott ataco la ciudad y puerto de Veracruz, que al defenderse se ganó por tercera y merecida vez el título de Heroica.

Después del Álamo el lunes 13 de septiembre de 1847, en el Cerro de Chapulín (Chapultepec en idioma náhuatl), se libraría la Batalla de Chapultepec. En su cima se encontraban las instalaciones del Colegio Militar comandado por el General José Mariano Monterde, contaba con menos de 50 alumnos y un número reducido de soldados supervivientes de anteriores batallas, auxiliados en la defensa por el Batallón de San Blas al mando del coronel Felipe Santiago Xicoténcatl; en la salvaguarda de sus párvulas vidas (entre 14 y 18 años) se les ordena abandonar el cuartel, pero estos, mexicanos al fin, deciden quedarse a defender el país en contra del extranjero invasor, dando hasta el último suspiro de su joven vida y manteniendo a raya a un Goliat enfurecido.

El ejército más poderoso de la época, comandado por Napoleón Bonaparte, hizo su intento por conquistar el cuerno de la abundancia centroamericano, so pretexto de un cristalazo en un restaurante galés, teniendo en el camino derrotas tan infames como la de Camarón de Tejeda en Veracruz, y tan apabullantes como la del 5 de Mayo en Puebla.

Entonces, abanderados en la Doctrina Monroe, cuyo slogan era “América para los americanos” elaborada por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe en el año 1823, los Estados Unidos se colocaron en el rol de redentores del continente y tomaron como una afrenta personal las intervenciones europeas en países americanos, acudiendo como defensores en los procesos de independencia de éstos.

Este patriótico lema fue para territorios como la Isla de Guam, Puerto Rico y Alaska, directamente, e indirectamente como en Panamá y Cuba, un motivo para que el cono sur le perteneciera a los yanquis del país vecino, es decir a su entender los verdaderos y únicos “Americanos” (The American Way).

Sin embargo al tender la mano en ayuda del pueblo mexicano en contra de los franceses entre 1862 y 1865, Estados Unidos buscaba convertir a México en parte del territorio estadounidense, deseo confirmado el 21 de abril de 1914 cuando el ejercito de las barras y las estrellas toma el Puerto de Veracruz, donde grupos de civiles voluntarios y cadetes de la escuela naval militar defendieron la integridad de la nación. Con este enfrentamiento, el Puerto de Veracruz consiguió su cuarto título de Heroico.

Thomas Jacob Hilfiger (Tommy Hilfiger) declaró que de haber sabido que su ropa se la iban a poner mexicanos, no la hubiese diseñado y sigue siendo una de las marcas más vendidas cuando de ropa americana se habla, así que esta nueva indignación de “trending topic” solo hiere el tiempo que los publicistas lo decidan.

 

No debemos ofendernos por lo que una adolescente ignorante diga de nosotros, mejor veamos que, aunque nos duela, en 6 meses o un año —cuando el curso normal de la cultura mainstream condene al archivo del olvido de las redes sociales este fatuo incidente en el que no solo se mancilló un símbolo patrio, sino además intentó ignominiosamente injuriar al pueblo mexicano— la misma ignorancia indolente de nuestros jóvenes les hará comprar, bajar o piratear su nuevo disco, provocando otro incremento exponencial al millón de visitas de sus videos en Youtube…


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