25 de Abril de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Racha infernal

 

En partido disputado en el estadio Olímpico Universitario, las anotaciones que representaron el triunfo para Diablos Rojos fueron del paraguayo Pablo Velázquez, en el 31’, y de Miguel Ponce, en el 62’.

El triunfo le permitió al cuadro escarlata arribar a siete unidades en la clasificación general, mientras que Pumas continúa en el tobogán de la mediocridad con una unidad, además de que en el juego de esta tarde fue despedido con abucheos y con el grito de un sector de la afición pidiendo la salida de José Luis Trejo, mientras se escuchó el “Hugo, Hugo, Hugo”.

Con la presión de casi nueves meses sin ganar en casa y con los abucheos al técnico José Luis Trejo, Pumas se fue al frente para tratar de limpiar el saldo negativo que ha empañado su imagen en los últimos torneos.

Sin embargo, lo más peligroso fue un disparo del argentino Martín Romagnoli desde afuera del área de Alfredo Talavera, que pasó rozando el travesaño en el 21’, previas llegadas con disparos flojos del paraguayo Dante López, a quien se le ve fuera de ritmo.

Por su lado, los Diablos Rojos intentaron llegar con jugada elaborada pero enfrente se topó con un muro defensivo bien parado del local; no obstante, en el 31’ se adelantó en el marcador con el tanto de Velázquez, quien con tiro raso venció a Alejandro Palacios, tras recibir en el corazón del área de Sinha para el 1-0.

A pesar de que el conjunto universitario salió con mucho ímpetu para la segunda parte, careció de idea futbolística para llegar con peligro sobre la meta de los escarlatas y recurrió muy poco a los disparos de larga distancia.

Contrario a esto, el conjunto mexiquense fue envolviendo a la escuadra universitaria esperando que cayera en otro error y eso se dio en el 62’, cuando al no poder despejar un balón, éste cayó en los pies de Ponce para vencer a Palacios con tiro por abajo y hacer el 2-0.

En los minutos finales, parecía que Pumas despertaba, pero la figura de Alfredo Talavera evitó un gol cantado a una mano para salvar de manera milagrosa su meta.